El Club de la Milanesa

El Club de la Milanesa

En el 2006 nació El Club de la Milanesa, en un pequeño local en Vicente López que al principio sólo hacía delivery. La idea gustó, y fue tal la repercusión que al tiempo colocaron algunas mesas. Un año después, recuperada parte de la inversión inicial, abren un segundo local en el barrio de Belgrano, pero ya en forma de restaurante temático, y el tercero, en Palermo Hollywood siguió el mismo esquema; y aquí empezó a perfilarse la idea de franquicia. Actualmente existen 34 locales en total: 11 en CABA, 11 en diferentes localidades del Gran Buenos Aires, 1 en Mar del Plata, 5 en Córdoba, 3 en Mendoza y 3 en Rosario.

Federico Sala y Santiago Magliano, que al inicio de la idea trabajaban en relación de dependencia, querían iniciarse en el negocio gastronómico propio y experimentar en base a algo que no existía: había delivery de empanadas, de pizzas, pero no de milanesas.

“Cuando iniciamos este proyecto, ni mi socio ni yo teníamos experiencia en el mercado gastronómico. Con el tiempo lo fuimos descubriendo y experimentando en el proceso de comprar, producir, vender y entregar. Al principio el menú era más acotado. Paulatinamente comenzamos a crecer y a agregar sabores. Cuando decidimos con qué combinarlas, las posibilidades fueron inagotables. Después comenzamos a jugar con los tamaños: para una, dos, tres y cuatro personas. Para estas últimas el tamaño es de casi 50 cm., de modo tal que tuvimos que solicitar cajas especiales. Las de pizzas son cuadradas y nosotros necesitábamos rectangulares”, relata Magliano.

Los 12 años en promedio de experiencia corporativa le sirvieron a los dos socios para tener claro el armado del business plan y la estrategia de marketing. “Aunque después de los planes y los números llega el momento en que hay que abrir la puerta y ver si se vende o no”, dice Magliano. “Hay cosas que se aprenden sobre la marcha, con prueba y error. Uno de los temas más difíciles para nosotros era conseguir personal capacitado y evitar la alta rotación que tiene el sector. Además, invertimos bastante en marketing, y en fidelización de nuestros clientes, asociándolos al club para que reciban descuentos y promociones.”

“En cuanto a los costos, de a poco fuimos ajustando las compras de insumos, porque parte de la ganancia y el riesgo en este negocio se juega ahí. Hoy trabajamos con stock cero. Todos los productos que vendemos son del día y cada local prepara sus propias milanesas”, asegura.

Ambientes confortables, individuales, una carta descontracturada que se lee pasando las hojas para arriba y platos acompañados de frases divertidas son los ingredientes de la fórmula de un negocio rentable y con capacidad de proyección. “Nuestro objetivo es seguir creciendo a través de las franquicias y locales propios, conquistar nuevos clientes, abriendo más sucursales en zonas estratégicas a nivel nacional y regional.”

“La milanesa forma parte de la dieta diaria de la familia argentina y todo ese amplio espectro es nuestra potencial clientela. Los fines de semana al mediodía concurre un público familiar; mientras que jueves, viernes y sábado a la noche vienen muchas parejas o grupos de amigos. Con relación a los turistas, nos visitan más que nada jóvenes, y para ellos confeccionamos una carta en inglés. Aspiramos a que El Club de la Milanesa sea el paso obligado para conocer este plato en Argentina”, adicionó Magliano.

 

 

El Club de la Milanesa

Web: www.elclubdelamilanesa.com