El room service se reinventa
El room service o el servicio de comida en la habitación siempre estuvo caracterizado por su dificultad: para el establecimiento es caro de gestionar, a los viajeros de negocios se les hace difícil justificar su costo –que usualmente es elevado–, y el turista promedio prefiere salir a la calle a conocer y probar nuevos platos y sabores.
Sin embargo, hay momentos en los que las batas mullidas y las sábanas de algodón se vuelven un objeto de deseo mientras se disfruta de un buen plato de comida. Es entonces cuando se toma el menú sobre el frigobar y, con los ojos cerrados para no ver los precios, se llama al room service.
Por fortuna para los huéspedes, el servicio de comida a la habitación se está reinventando, tal vez impulsado por la competencia que presentan los sitios web y apps que ofrecen hospedaje en casas particulares, o tal vez porque han sabido escuchar las nuevas demandas de los viajeros. Lo cierto es que la comida in-room se ha sofisticado y presenta alternativas que han comenzado a adaptarse a las nuevas exigencias del mercado.
Sabores locales en la habitación
El room service es un servicio que representa un porcentaje cada vez menor en la facturación hotelera. La caída de su consumo a nivel internacional, que afecta tanto a grandes cadenas como a hoteles boutique, es un hecho que obligó a los empresarios del sector a rediseñar su propuesta: o sacarlo y perder así una interesante fuente de ingresos, o bien adaptarse a las nuevas demandas de sus huéspedes, quienes ya muestran un creciente interés en pedir comida por delivery para disfrutar cómodamente en la habitación.
Esta nueva tendencia, proveniente en gran parte del público millennial, los establecimientos se vieron obligados a revisar el servicio in-room. Así fue como muchos hoteles comenzaron a cerrar acuerdos con servicios de delivery como UberEats, Grubhub, PostMates, Glovo o Rappi (según el país donde se encuentren), para facilitarle a sus clientes hacer su pedido de comida a restaurantes. Algunos hoteles incluso integraron este servicio a su web y ofrecen un abanico de recomendaciones gastronómicas propuestas por el mismo staff.
Jonathan Frolich, Vicepresidente de la marca global Hyatt, cuenta que “nuestros clientes nos dijeron que no querían un room service tradicional con carritos y manteles blancos sino que buscaban una experiencia de alta calidad con muchas opciones que les permitieran probar la mejor comida del destino”. Por este motivo Hyatt Centric, una sub-marca de la cadena hotelera que apunta al viajero millennial, empezó hace unos meses a poner a prueba un sistema piloto con una de las compañías de reparto para rediseñar la experiencia del room service y poder ofrecerle a su público una gran variedad de comidas.
El New York Hilton Midtown, uno de los alojamientos más importante en la Gran Manzana, eliminó hace cinco años el room service, pero sólo un mes después se vio obligado a reincorporarlo y darle un giro a su servicio de comidas. Así llegó a lo que ofrece hoy: un delivery en bolsas de papel exclusivo para el desayuno y cena, de su restaurante propio Herb ‘N’ Kitchen que entrega ensaladas con ingredientes de temporada, sándwiches artesanales y pizzas al horno de piedra.
Si bien en todas las categorías hoteleras ha disminuido el porcentaje de establecimientos que ofrecen room service, el segmento de lujo también ha sabido leer la demanda de sus huéspedes y readaptar sus propuestas gastronómicas. Algunos, incluso, han elevado tanto el nivel de su cocina que ofrecen una gastronomía con estándares de estrellas Michelin.
Ese es el caso del Nobu Resorts and Hotels, una cadena de hoteles con alojamientos en Miami, Marbella, Ibiza, Londres, Chicago, Toronto y Barhein, entre otros destinos. Su prestigioso chef, Nobu Matsuhisa, adquirió más notoriedad aún cuando se asoció al actor Robert De Niro y abrió en 1994 el primer Nobu en Nueva York. Varios de sus 38 restaurantes en los cinco continentes, que fueron galardonados con una estrella Michelin, ofrecen sus platos para degustarse en las suites.
Por su lado, el Ritz-Carlton de Barhein, que ostenta estrellas Michelin, sigue la línea de la alta gastronomía y ofrece sabores de todos los rincones del mundo, desde exquisitos desayunos árabes hasta quesadillas de langosta de Omán, directamente en la cama del huésped.
Ingredientes a pedido
Otros hoteles, que cuentan con cocina en las habitaciones, optaron por ofrecer un servicio de compra de productos para sus clientes. El Hawthorn Suites by Wyndham incorporó hace unos meses un programa de cocina in-room, que permite a sus huéspedes prepararse comidas sencillas en las suites. Incluso, el chef neoyorquino Hari Nayak y un concursante del programa de cocina Top Chef desarrollaron un libro electrónico de recetas exclusivo para ellos. De acuerdo a una encuesta desarrollada por esta cadena hotelera, dos tercios de sus huéspedes consideran que poder cocinar en su habitación los hace sentir como en su casa, y los milennials y viajeros de estadía prolongada –generalmente por negocios– son quienes más se sienten atraídos por la propuesta.
Residence Inn by Marriott encontró otro modo de adaptarse y propone a sus huéspedes solicitar alimentos a sus habitaciones a través de un formulario, ya que allí cuentan con cocinas totalmente equipadas con heladera, microondas y lavavajillas. Los empleados compran los productos solicitados sin cobrar extra, permitiéndoles a los clientes disfrutar de una experiencia en la comodidad de sus suites, similar a la que tendrían en sus casas.
Autora: Sandra Lion
Fuente: Clarín